A medida que el silicio llega a su límite, la industria de semiconductores busca nuevos materiales con los que fabricar chips más rápidos. El grafeno es uno de esos materiales. Un enrejado de átomos de carbono por el que los electrones se mueven cien veces más veloces que en el silicio a la temperatura ambiente.
Imagen de hojas de grafeno al microscopio.
Kostya Novoselov fabricó por primera vez grafeno en el laboratorio en 2004, en la Universidad de Manchester, y en julio de 2008, la revista del MIT, publicaba que los científicos acababan de concluir que se trata del material más resistente conocido. Una malla de grafeno de un átomo de espesor demuestra su resistencia soportando la presión de un punzón de diamante (tiembla Adamantium).
Los investigadores han publicado hasta la fecha diversas teorías sobre el origen de las exóticas propiedades de este material, y ahora se ha dado un gran salto en su reconocimiento a nivel subatómico. Se han fijado, por ejemplo, en sus importantes propiedades eléctricas, porque saber más de ellas ayudará en la fabricación de mejores transistores y otros dispositivos a gran escala, entrando a ocupar el interior de nuestros ordenadores portátiles y teléfonos móviles.
Aunque no se han realizado mediciones muy detalladas debido a que las muestras de grafeno no eran de muy alta calidad, los investigadores esperan sacar pronto provecho del descubrimiento.
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