José Tojeiro estaba en la cumbre de su vida, pero no todo podía ser un camino de rosas. En el mes de Mayo, Jose empezó a recibir asiduamente en su casa la visita de las prestitutas. Estas jóvenes, ofrecían el placer de la prestitutación. Pero sus intenciones no estaban muy claras. Mientras una daba el placer de la prestitutación, la otra quedaba libre así, en compló, para buscar por casa objetos que le sirvan, dinero mucho mejor. Ellas le echaron una sustancia en el colacao.
José malgastó la poca dignidad que le quedaba para salir en Código Cero contando lo que le había sucedido, y con el dinero cobrado,dedicó todos sus esfuerzos en patentar el Drojacao, cuyo fracaso sumió a José en la más profunda indignidad, y se vio obligado a vestir chaquetas de franela, con cenefas dadas de sí, el resto de su vida.
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